jueves, 20 de agosto de 2009

MOUSSA AG ASSARID - Entrevista a un Tuareg



TU TIENES EL RELOJ, YO TENGO EL TIEMPO
Entrevista realizada por Vicyor-M Amela
MOUSSA AG ASSARID
No sé mi edad: nací en el desierto del Sahara, sin papeles... (nota: alrededor de 1975)
Nací en un campamento nómada tuareg entre Tombuctú y Gao, al norte de Mali. He sido pastor de los camellos, cabras, corderos y vacas de mi padre. Hoy estudio Gestión en la Universidad Montpellier. Estoy soltero. Defiendo a los pastores tuareg. Soy musulmán, sin fanatismo.
- ¡Qué turbante tan hermoso...!
Es una fina tela de algodón: permite tapar la cara en el desierto cuando se levanta arena, y a la vez seguir viendo y respirando a su través.
- Es de un azul bellísimo...
A los tuareg nos llamaban los hombres azules por esto: la tela destiñe algo y nuestra piel toma tintes azulados...

- ¿Cómo elaboran ese intenso azul añil?
Con una planta llamada índigo, mezclada con otros pigmentos naturales. El azul, para los tuareg, es el color del mundo.
- ¿Por qué?.
Es el color dominante: el del cielo, el techo de nuestra casa.

- ¿Quiénes son los tuareg?.
Tuareg significa "abandonados", porque somos un viejo pueblo nómada del desierto, solitario, orgulloso: "Señores del Desierto", nos llaman. Nuestra etnia es la amazigh (bereber), y nuestro alfabeto, el tifinagh.
- ¿Cuántos son?.
Unos tres millones, y la mayoría todavía nómadas. Pero la población decrece... "¡Hace falta que un pueblo desaparezca para que sepamos que existía!", denunciaba una vez un sabio: yo lucho por preservar este pueblo.
- ¿A qué se dedican?
Pastoreamos rebaños de camellos, cabras, corderos, vacas y asnos en un reino de infinito y de silencio...
- ¿De verdad tan silencioso es el desierto?.
Si estás a solas en aquel silencio, oyes el latido de tu propio corazón. No hay mejor lugar para hallarse a uno mismo.
- ¿Qué recuerdos de su niñez en el desierto conserva con mayor nitidez?.
Me despierto con el sol. Ahí están las cabras de mi padre. Ellas nos dan leche y carne, nosotros las llevamos a donde hay agua y hierba... Así hizo mi bisabuelo, y mi abuelo, y mi padre... Y yo. ¡No había otra cosa en el mundo más que eso, y yo era muy feliz en él!.
- ¿Sí? No parece muy estimulante. ..
Mucho. A los siete años ya te dejan alejarte del campamento, para lo que te enseñan las cosas importantes: a olisquear el aire, escuchar, aguzar la vista, orientarte por el sol y las estrellas... Y a dejarte llevar por el camello, si te pierdes: te llevará a donde hay agua.
- Saber eso es valioso, sin duda...
Allí todo es simple y profundo. Hay muy pocas cosas, ¡y cada una tiene enorme valor!.
- Entonces este mundo y aquél son muy diferentes, ¿no?.
Allí, cada pequeña cosa proporciona felicidad. Cada roce es valioso. ¡Sentimos una enorme alegría por el simple hecho de tocarnos, de estar juntos! Allí nadie sueña con llegar a ser, ¡porque cada uno ya es!.
- ¿Qué es lo que más le chocó en su primer viaje a Europa?.
Vi correr a la gente por el aeropuerto... ¡En el desierto sólo se corre si viene una tormenta de arena! Me asusté, claro...
- Sólo iban a buscar las maletas, ja, ja...
Sí, era eso. También vi carteles de chicas desnudas: ¿por qué esa falta de respeto hacia la mujer?, me pregunté.... Después, en el hotel Ibis, vi el primer grifo de mi vida: vi correr el agua... y sentí ganas de llorar.
- Qué abundancia, qué derroche, ¿no?.
¡Todos los días de mi vida habían consistido en buscar agua! Cuando veo las fuentes de adorno aquí y allá, aún sigo sintiendo dentro un dolor tan inmenso...
- ¿Tanto como eso?.
Sí. A principios de los 90 hubo una gran sequía, murieron los animales, caímos enfermos... Yo tendría unos doce años, y mi madre murió... ¡Ella lo era todo para mí! Me contaba historias y me enseñó a contarlas bien. Me enseñó a ser yo mismo.
- ¿Qué pasó con su familia?.
Convencí a mi padre de que me dejase ir a la escuela. Casi cada día yo caminaba quince kilómetros. Hasta que el maestro me dejó una cama para dormir, y una señora me daba de comer al pasar ante su casa... Entendí: mi madre estaba ayudándome...
- ¿De dónde salió esa pasión por la escuela?.
De que un par de años antes había pasado por el campamento el rally París-Dakar, y a una periodista se le cayó un libro de la mochila. Lo recogí y se lo di. Me lo regaló y me habló de aquel libro: El Principito. Y yo me prometí que un día sería capaz de leerlo...
- Y lo logró.
Sí. Y así fue como logré una beca para estudiar en Francia.
- ¡Un tuareg en la universidad. ..!.
Ah, lo que más añoro aquí es la leche de camella... Y el fuego de leña. Y caminar descalzo sobre la arena cálida. Y las estrellas: allí las miramos cada noche, y cada estrella es distinta de otra, como es distinta cada cabra... Aquí, por la noche, miráis la tele.


- Sí... ¿Qué es lo que peor le parece de aquí?.
Tenéis de todo, pero no os basta. Os quejáis. ¡En Francia se pasan la vida quejándose! Os encadenáis de por vida a un banco, y hay ansia de poseer, frenesí, prisa... En el desierto no hay atascos, ¿y sabe por qué? ¡Porque allí nadie quiere adelantar a nadie!.
- Reláteme un momento de felicidad intensa en su lejano desierto.
Es cada día, dos horas antes de la puesta del sol: baja el calor, y el frío no ha llegado, y hombres y animales regresan lentamente al campamento y sus perfiles se recortan en un cielo rosa, azul, rojo, amarillo, verde...
- Fascinante, desde luego...

Es un momento mágico... Entramos todos en la tienda y hervimos té. Sentados, en silencio, escuchamos el hervor... La calma nos invade a todos: los latidos del corazón se acompasan al pot-pot del hervor...
- Qué paz...
Aquí tenéis reloj, allí tenemos tiempo.

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14 comentarios:

@ngelluz dijo...

Uffffffffff...demasiado!!!
Vivimos reprochándonos de lo que carecemos sin darnos cuenta que lo que tenemos es mucho y nos sobra...

Gracias por compartir esta entrevista que me movió el piso y me hizo reflexionar.

Besitos dulces si?

Eurice dijo...

Nada me ha parecido más gratificante que leer esta entrevista a las 7:04 de la mañana con un té rojo en las manos.
Siempre he sentido un "algo especial" por los Tuareg, hasta su nombre es hermoso. De pequeña me hablaban en casa de los hombres azules del Sahara que tomaban al atardecer el te en sus jaimas, de como se teñia su piel con ese suave tono añil y de los hermosos ojos que tenian sus mujeres, de su increible paciencia.
Ciertamente nosotros desperdiciamos, el agua, el tiempo...
Una bella entrada llobu que me ha transportado a las historias de mi infancia.

Ars Natura dijo...

Muy buena lectura.
Gracias por compartirla.

La recomendaré entre mi gente.

Un saludo.

covi_cm dijo...

Cuánta Sabiduría...
Cuánta Sencillez...

Muchas Gracias,
por todo lo que haces!!
:O)

Mundo Animal. dijo...

(* " " *)
( ='o'= )
-(,,)-(,,)-...

Cuanta razon tenes en tu entrada
saludos desde mundo animalll
Christiannn

Mª José dijo...

Hola Asturianin, gracias por seguirme, tienes un blog super interesante, me hago seguidora.
besinos, hasta pronto

Gisela dijo...

Que blogs mas interesantes tenes tanto este como el de photos
tenes una nueva seguidora eso es un hecho
gracias por haber paado por mi blog y muy bonitas tus palabras

un besico

Sill Scaroni dijo...

Hola, muchas gracias por tu agradable visita como por seguir mi blog.
El tuyo es magnifico, la entrevista es una lección de vida y del tiempo.

Saludos
Para ti:
Tuareg cantada por Gal Costa
http://www.youtube.com/watch?v=sA-9Z4Iyvd8
Sill

José Ramón dijo...

Interesante Post. Un Cordial Saludo desdé Creatividad e imaginación fotos de José Ramón

Io dijo...

Esta entrevista es como una "bofetada" a tiempo. Derrumba los absurdos esquemas sobre los que levantamos nuestra absurda existencia.

"Allí nadie sueña con llegar a ser, ¡porque cada uno ya es!"

Esta frase me ha parecido una revelación. Así deberíamos pensar todos. Cómo tiene que cambiar el planteamiento de vida cuando tu objetivo diario es encontrar agua.
Desde luego, imagino lo ridículos que les pareceremos, preocupados por no poder amasar tanto como el vecino, por no poder ir a la última moda o no poder ver el futbol en el plus.

Me gustaría poder disfrutar de ese silecio. Y escuchar los latidos de mi corazón. Debe de ser una forma maravillosa de adquirir conciencia de que estás vivo.

Enhorabuena, Lobo. Una entrevista impagable. Gracias por haberla traído.

Un abrazo de loba.

@ngel dijo...

Uff Que bueno!!
Me ha parecido fantástica esta entrevista.

Un saludo.

Javier 16 dijo...

Ojalá, tuvieramos un gramo de esta filosofía tan básica para sobrevivir en armonía con la naturaleza, en vez, de tantas necesidades supérfluas.

Saludos.

teresa dijo...

He descubierto tu blog por casualidad y la verdad , me he quedado encantada. me he enganchado totalmente desde la primera linea.
Gracias y estas invitado cuando quieras a nuestro espacio. http://vador.es

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Interesante y conmovedora entrevista.

Creo que tenemos por delante un reto: ser nómadas de nuestra propia existencia en el desierto urbano de cada día.

No es necesario tomar un avión para viajar al Sahara con la intención de simplificar nuestra vida. Si lo hacemos así es porque no entendemos la vida. Así de simple.

Saludos.

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